Hace tiempo que quería escribir este post, si te soy franca he dudado mucho sobre redactarlo porque no es algo fácil de decir; hablar sobre la realidad de este trabajo puede tener menos encanto de lo que imaginas y la verdad, compartir historias tristes no es una de mis mejores habilidades.
Sin embargo una de las cosas que más me preguntan es ¿En qué consiste la vida de un ilustrador? y sé que seguramente tú también te has hecho esta pregunta (sobre todo si eres un aspirante a vivir de tus dibujos).
Por eso en esta ocasión quise darme el tiempo de responder a esta pregunta, en especial después de haber pasado los últimos 6 meses inmersa en el campo, llena de proyectos y situaciones que me han dado la experiencia para poder contestarte con certeza.
Igual que cualquier otro trabajo, la ilustración tiene sus buenos momentos, de esos que pagan y dejan el ego grande, también están los malos, esos que te hacen desear dedicarte a otra cosa y luego están esas extrañas cosas que te ponen la vida en perspectiva y que son difíciles de explicar.
Sé que sin importar lo que yo pueda comentarte en este post muchas de estas cosas las comprenderás cuando las vivas, pero sé también que la experiencia que puedo poner a tu alcance en este momento (aunque no es tanta como yo quisiera) te ayudará a definir un poquito mejor las expectativas que tengas sobre esta profesión y sobre todo, te ayudará a estar preparado para enfrentar algunas situaciones poco gratas.
Comencemos con lo bueno:
Si hay algo que definitivamente no me permitiría alejarme de la ilustración es el placer de dibujar. Sé que lo he dicho muchas veces pero si me hubieran dicho cuando era pequeña que llegaría a vivir de llenarme las manos de pintura no lo hubiera creído, en especial después de ese momento en la secundaria cuando me dijeron que era imposible.
Definitivamente seguir este camino no ha sido algo fácil, eso te lo aseguro, hay mucho trabajo, desvelo, aprendizaje, frustraciones (de las cuales hablaremos más tarde) y cuestiones que tal vez te harían correr en la dirección contraria y no querer volver a tomar un lápiz en tu vida pero al final, cuando encuentras el ritmo de tu trabajo, lo conoces y sabes en donde y como promoverlo los resultados valen la pena.
Sé que igual que yo habrás escuchado muchas veces la frase: «Haz aquello que ames y no tendrás que trabajar un día en tu vida» pero la verdad es que incluso al encontrar algo que ames habrá momentos en los que no sepas que hacer, y tengas que luchar por defenderlo de todos, hasta de ti mismo; el amor por algo requiere compromiso, toneladas y toneladas de compromiso que son al final lo que te hace sentir completo mientras haces eso que te gusta, pero siempre, y sobre todo en carreras como esta, debes estar listo cuando decidas aceptar ese compromiso.
Otra de las cosas que más me gusta de desarrollarme en el área del diseño y la comunicación visual es tener la posibilidad de ayudar a complementar ideas, proyectos y visiones a través de la ilustración. Encontrar un campo de acción en donde haces más que solo dibujar cosas bonitas y darle un sentido más funcional a tu trabajo siempre será una gran emoción para tu ego y tu autosuficiencia. Saber que eres necesario, requerido y que la gente encuentra la funcionalidad de tu trabajo y está dispuesta a pagarlo siempre será lo mejor.
A medida que avanzas y obtienes proyectos nuevos tu trabajo evoluciona, uno de los encantos de ser ilustrador es que tu trabajo siempre estará en constante crecimiento, cada nuevo trazo es el paso siguiente a una mejor versión de tu trabajo y cada nueva experiencia te ayuda no solo a aprender, u obtener mejores habilidades sino también a agregar valor artístico y económico a tu trabajo. Cada proyecto en el que participas es una puerta abierta a más proyectos, más personas que se interesen en lo que haces y por lo tanto más posibilidades de que lo adquieran.
Ahora lo malo u_u.
En realidad no considero que existan cosas malas en el trabajo de un ilustrador, para mí, todo es parte de un todo, sin embargo existen algunos contratiempos que pueden hacerte desesperar y dudar de si este trabajo es para ti. Enfrentar estas situaciones es parte de lo que todo ilustrador ha tenido que sobre llevar, pero es en la forma de sortearlas que encontrarás el crecimiento de tu trabajo.
Como ilustrador necesitas especializarte y ser versátil al mismo tiempo, lo sé, no suena nada coherente, pero antes de que comiences a rascarte la cabeza te explico: En nuestra área de trabajo es común que nos atemos a un solo estilo gráfico y lo explotemos por lo general de manera personal (sobre todo al inicio). Sin embargo una vez que comienzas a buscar trabajo te das cuenta de que las piezas que solicitan son más objetivas, y muchas veces te llevan a trabajar fuera de tu zona de confort (puro crecimiento o_~).
El reto que un trabajo puede imponerte va mucho más allá de simplemente encontrar quien quiera comprarlo, o para quién quieres ilustrar, sino de tener la capacidad de adaptarte a las necesidades del proyecto, lo que en muchas ocasiones está por fuera de tus posibilidades o tu área de confort. En algunos casos prácticamente tendrás que olvidarte de la temática que manejas, tu gama de color, tu estilo gráfico, etc. y trabajar bajo presión, sobre todo en las agencias, donde es necesario que te adaptes y desarrolles estilos gráficos diferentes en muy poco tiempo lo que te puede llevar en muchas formas a sentirte inseguro e incapaz.
Incluso dentro de lo que conoces trabajar para otras personas ya sea como freelance o como parte de un equipo en una agencia siempre te llevará a encontrar zonas de tu trabajo que no habías explotado, temas con los que nunca trabajaste o tecnicismos de tu estilo que creías haber dominado pero no es así. A veces en la puerta del aprendizaje siempre está la frustración, y tener que extenderte en tiempo record es un asunto difícil de sobrellevar si no estás listo. Por lo tanto entre más domines un área de tu trabajo y te especialices en ella mayores serán las posibilidades de obtener comisiones de este tipo y también mayores serán las ganancias que puedas obtener por ellas.
Otra de las cuestiones que pueden convertirse en algo complicado es la competencia, y más que la competencia, la auto crítica que genera el poner nuestro trabajo junto al de otras personas. En este momento la ilustración está tomando relevancia entre los jóvenes dibujantes como un medio de vida y cada día surgen nuevos artistas con grandes propuestas de diseño, historias increíbles y personajes entrañables que pueden hacerte temblar al verlos, yo misma he sentido pánico al encontrar personitas mucho más jóvenes con una habilidad y calidad de trabajo inmensurables.
Sin embargo y como lo dije antes, en ningún momento la competencia puede considerarse como una cosa «mala»; como mi abuela solía decir «el gusto se rompe en géneros» y definitivamente el hecho de que existan muchos ilustradores no disminuye las posibilidades de que coloques tu trabajo. De hecho estas posibilidades se multiplican, todo depende de la unicidad de tus piezas e incluso de las alianzas que hagas con otros artistas. Siempre que sepas valorar tu trabajo y hacerlo valer ante tus espectadores tendrás un espacio garantizado.
Lo mismo aplica para aquellas personas que quieren tu trabajo gratis, una de las cosas que de verdad pueden hacerte pensar que dedicarte a esto no es remunerable es sin duda la cantidad de personas que querrán que les regales tu trabajo y si bien no te digo que jamás lo hagas debes saber cuándo es conveniente regalarlo, poner tus condiciones y sobre todo saber defender tu precio.
Por último: Lo feo de ser Ilustrador
En lo personal siento que lo feo de la ilustración va un poco más allá de las cosas que simplemente se ven, todo depende un poco de lo que dejas de hacer por ti mismo y es que un trabajo como este puede distraerte un mucho de todo lo que te rodea.
¿Recuerdas que más arriba te dije que esta profesión requiere compromiso? pues aquí vienen las cuestiones y los estragos que puede dejarte el hecho de que te guste tanto dibujar. Una vez más, no te preocupes, sobre todo estas situaciones pueden corregirse adaptando un poco tu estilo de vida.
No te mentiré, la vida de un ilustrador con trabajo tiende a ser solitaria. Si bien es divertido estar haciendo siempre lo que te gusta después de un tiempo de estar ocupado comienzas a extrañar tu vida social (en especial si eres como yo y agregas tantos detalles y texturas a tu trabajo) son muy pocas las personas que estando a tu al rededor comprenden lo absorbente que puede llegar a ser tu profesión y por lo tanto tu necesidad constante de estar pegado a tu cuaderno o computador.
Y es que una vez que comienzas a trabajar en lo tuyo es fácil que se te olvide que el mundo existe; por ello es bueno que procures establecerte un horario fijo de trabajo y no te olvides de hacer un par de conexiones con el mundo real (hacerlo por medio de redes sociales no vale). Date tiempo de encontrarte con personas que no sean de tu área de trabajo, más allá de otros ilustradores porque si bien son personas que comprenden tu estilo de vida continúan siendo parte de tu entorno laboral y también necesitas encontrarte con personas que hagan más notoria esa pausa en tu vida de dibujo, a veces la línea entre divertirte y seguir trabajando es muy delgada (o al menos a mí me pasa) porque dejar de hacer ilustración para seguir hablando de ilustración no siempre es un descanso u_u.
Por otro lado, el hecho de que el trabajo como ilustrador sea tan laborioso y demandante puede convertirse en un contratiempo al momento de calcular tus costos, siempre es posible que acabes trabajando más de lo que debes solo porque te gusta como está quedando y quieres llevar tu trabajo al siguiente nivel, necesitas saber cuándo detenerte; no hacerlo podría llevarte a ocupar tiempo que deberías estar entregando a otros proyectos, a desgastarte sin la remuneración adecuada y por consiguiente retrasar las entregas de otros proyectos lo que terminará haciéndote perder clientes.
En el caso de los proyectos grandes como libros, novelas gráficas, comics, etc. que requieren un dominio absoluto de tu estilo, el tiempo de desarrollo tiende a ser largo, en especial si estás trabajando tu solo, lo que es común. Trabajar en proyectos de este tipo puede ser agotador física, mental y económicamente, debido al sedentarismo, la exigencia creativa continua y la imposibilidad de conseguir nuevos proyectos o dar continuidad a la promoción de tu trabajo para garantizar la entrada de nuevas comisiones. Para contrarrestar todo lo anterior es necesario que te des la oportunidad de organizarte, incluir horarios específicos para tus actividades y evitar dejar las cosas para el último minuto.
Por último, no quiero irme sin tocar el tema que nos hace temblar las piernas a todos los principiantes y es que si existe un lado verdaderamente feo de la ilustración está escondido justo detrás de la exposición de nuestro trabajo, encontrarnos cara a cara con la critica que destroza es una de las experiencias más comunes dentro del área y es algo que no podemos evitar sin importar quienes seamos ni que tan alto podamos llegar en el rubro.
Siempre estaremos expuestos a comentarios desagradables, crítica destructiva y cuestiones poco gratas que nos hagan dudar de nuestras habilidades. Lamento decirte que en ningún momento podrás evitar recibir comentarios de este tipo, lo único que puedes hacer para evitar que te afecten es tomar solo aquello que te haga crecer, todo lo que te distraiga o detenga no puede ser tomado en cuenta.
Al parecer me extendí un poco más de lo que esperaba en esta ocasión así que me despediré pronto n_n. Espero que de algún modo este post pueda aclararte el panorama y no hacerte sentir tan solo en esta travesía que es la ilustración o_~.
¿Para tí que es lo más grandioso y lo más difícil de ser ilustrador?